No es el día de un continente, es el día de las personas que lo habitan: más de mil millones de africanos. Creemos en la individualidad de cada una esas personas, de las regiones, de las culturas y las etnias que habitan el continente. Creemos en el valor de cada río, cada árbol y cada bosque.
No queremos hablar del día de África como una idea en una agenda, como el panafricanismo o los planes de desarrollo incumplidos. No hablaremos aquí de políticas infructuosos, de políticos corruptos o de desastres y pobrezas. Trabajar en Senegal nos ha hecho conocer parte, una ínfima parte de la magnitud de continente. Conocer sus penurias y sus maldades, conocer sus malas costumbres y sus desidias.
Sin embargo y como no somos expertos de nada, solo podemos celebrar la lucha por el no-olvido de cada uno de los pequeños pueblos que conforman eso que llamamos África y que contiene un océano inacabable de realidades.
Nuestra parte de África en este momento es Senegal. Es el grupo DEGGO y el grupo KALAAMISOO. Son mujeres como Aissatou, un nombre que para el lector puede ser uno cualquiera, pero para nosotros es el nombre de una mujer que decidió romper barreras y creer en sí misma. Las mujeres son el último eslabón de la sociedad, y las mujeres con diversidad funcional todavía más. Repudiadas por la gran mayoría y sin acceso a un matrimonio que ratifique su estatus de mujer en la sociedad, terminan mendigando, con hijos no reconocidos muchas veces y sin un trabajo digno con el que poder ser independientes.
Luchar contra todas esas imposiciones sociales no es tarea fácil. Sin embargo, por muy complicado que parezca, hay mujeres que deciden decir NO a las limitaciones impuestas y luchar por ellas mismas. El día de África es la sonrisa de esas mujeres, la sonrisa de Aissatou, la vitalidad en su trabajo, las ganas de superación, de aprendizaje y de colaboración. La confianza en sí misma, en sus compañeras de trabajo. La alegría frente a las adversidades. La pasión hacia la vida cuando la vida solo le ha puesto zancadillas.
Celebramos hoy el día de todas esas personas que en un continente olvidado y maltratado se levantan cada día por hacer de su entorno un mundo mejor. Mujeres como Aissa, como Elisabeth o como Talla y Gloria son el claro ejemplo de la fuerza del ser humano para superarse. Todas y cada una de ellas se merecen un día, una celebración, una oportunidad.
Estar allí día a día nos ha hecho aceptar que la vida allí no es fácil, pero que las personas no son solo “pobres” sin más. Son personas, son familias, son niños, son mujeres que luchan. No solo se aprende a sufrir allí, se aprende a vivir, a respirar de otra forma, se aprende a observar y sobre todo a luchar, a no rendirse.
Celebramos el día de África porque si generalizamos por un momento el continente, creemos en que en cada rincón habrá personas como las mujeres con las que trabajamos luchando día a día por su vida, por la de sus gentes. Por ellos, por su cultura, por sus gentes, por la ignorancia que hemos demostrado tantos años hacia el continente y por seguir aprendiendo de ellos, celebramos el día África.