Domingo de artesanía y cultura senegalesa en Drassanes 52

DEXDE organiza un mercado con los productos de las mujeres con las que trabajamos este domingo en el centro cultural Drassanes 52 Además, Pablo Valiente, diseñador, Begoña Saiz Mauléon y Sara Sánchez Castelló, realizarán una breve charla sobre cooperación y diseño También habrá comida senegalesa y muchos productos nuevos por descubrir Este domingo en Drassanes 52, nuevo centro cultural y de ocio ubicado en el Cabanyal, podrás disfrutar de una jornada senegalesa con DEXDE Design For Development. Mercado de productos artesanales De las 12 a las 20 horas DEXDE Design For Development pondrá en venta los productos de los grupos de mujeres con diversidad funcional con los que trabajamos en la Casamance (Senegal). Todos los beneficios obtenidos de la venta de estos productos se dedican íntegramente a la mejora de la calidad de vida de las mujeres de estos grupos que sufren una exclusión social debido a su condición física. Las mujeres de estos grupos obtienen un trabajo remunerado de forma digna que les permite ser independientes, cubrir los gastos de ellas y de sus familias y sentirse parte de la sociedad senegalesa. Cooperación y diseño: la puesta en práctica Además, de 13 a 14 horas, se realizará una charla sobre Cooperación y Diseño en la que participarán Pablo Valiente, diseñador y colaborador de DEXDE que ha estado en Oussouye realizando su proyecto de final de máster, Begoña Saez Mauleón, profesora de la Universitat Politècnica de València y de una asignatura especialmente de cooperación y diseño, y Sara Sanchez, diseñadora que también estuvo en Senegal junto a DEXDE desarrollando su proyecto de final de grado de la Universitat Jaume I de Castellón. También participará Miguel Roldán, diseñador y ganador del primer concurso de Diseño para el Cambio organizado por DEXDE y cuyo primer premio era una estancia en Senegal realizando el proyecto ganador del concurso. Una ocasión única de conocer de primera mano el trabajo que se realiza en Senegal a través del diseño para ayudar a las personas que más lo necesitan de la zona de la Casamance. Una jornada completa Además del mercado y la charla, podrás disfrutar de la comida senegalesa típica, música y mucho más. Recuerda: ? Domingo 15 de abril ⏰ de 12 a 20h ? En Drassanes 52: Calle Astilleros 52 (Cabanyal, Valencia) ¡Os esperamos!

Día de la mujer en Senegal: ante la desigualdad, no al silencio

En España las mujeres hoy paran, han decidido como colectivo decir basta, parar y visibilizar la importancia que cada una de ellas tiene en la sociedad. Hoy las mujeres se paran para decir basta: queremos los mismos derechos, la igualdad que desde hace ya años se persigue entre hombres y mujeres. En Senegal, las mujeres han decidido parar a su manera, decir basta a través del movimiento, salir a la calle y llenar de carteles las comunidades que habitan para, ante la desigualdad, decir no al silencio. Cada colectivo de mujeres ha decidido actuar de una forma en un día como hoy donde más allá de discursos y retóricas políticas es un día para alzar la voz y seguir con la lucha feminista. Dan igual las ropas con las que se vista el movimiento, lo importante es el mensaje: las mujeres contamos y queremos los mismos derechos. Hoy recordamos a través de las voz de Taibou Balde, antigua diputada de Senegal, nacida en la región de Kolda, los derechos por los que todavía ellas luchan cada día. Taibou empezó hace más de 20 años a militar por los derechos de la mujer, desde la escuela siendo profesora y rompiendo así las normas establecidas en las que solo los hombres podían enseñar. “El camino que he seguido en mi vida es un modelo, una forma de motivación para muchas mujeres y una forma de valorar la educación de las niñas”, comenta Taibou sobre su rol en la sociedad senegalesa. La importancia de la escuela “Las niñas tienen que poder ir a la escuela para poder llegar a entender que ellas también pueden formar parte de los organismos que toman decisiones en el país. De hecho, es lo más importante, ya que sin ellas su voz no se tiene en cuenta. Hay que empezar por la escuela, antes nuestros padres no nos enviaban a la escuela, nos enseñaban las tareas del hogar y ya está. Pero si una mujer en el mundo rural llega a la escuela, consigue un título escolar, es un modelo para el resto de niñas y mujeres” afirma Taibou. Los matrimonios precoces “A las niñas normalmente se les saca de la escuela para casarse. Nosotras cuando empezamos nuestra lucha por los derechos de las mujeres hablábamos con los jefes de las comunidades para remarcar la importancia de la educación en las niñas. Hemos encontrado muchos obstáculos en el camino, muchas familias que siguen pensando que el rol de la mujer en Senegal es el cuidado del hogar. A nosotras, las que hemos luchado por cambiar las cosas nos han tratado de insumisas, de mujeres fallidas”. Los deberes de las mujeres “Son las primeras en levantarse y las últimas en acostarse. Se ocupan de la casa, de la familia, de los hijos, trabajan fuera del hogar para traer dinero a casa, pero no gobiernan en ningún sitio ni en casa ni fuera. Los hombres son los que guardan el poder, pero son ellas las que se ocupan de todo. En el poder y en casa, los hombres prefieren mujeres que no dicen nada, que obedecen, no les gusta la confrontación. Las mujeres encuentran muchas dificultades en Senegal, pero empiezan a aceptar que todo lo que un hombre hace, una mujer también puede hacerlo”. El cambio a través de la educación y la acción política “La mujer tiene un papel en segundo plano, pero con la voluntad política hemos conseguido muchos logros para las mujeres. Hemos conseguido el voto, el gobierno igualitario y paritario. Lo que no quita que sigamos luchando contra toda la violencia que reciben las mujeres tanto en el hogar como fuera. Por ello es importante que las mujeres adquieran la lucha como suya porque aunque haya leyes que se aprueban, su aplicación real aún es muy tímida. Hay que seguir luchando, necesitamos mujeres competentes para poder decir basta y seguir luchando”.

¿Qué es para nosotros el día de África?

No es el día de un continente, es el día de las personas que lo habitan: más de mil millones de africanos. Creemos en la individualidad de cada una esas personas, de las regiones, de las culturas y las etnias que habitan el continente. Creemos en el valor de cada río, cada árbol y cada bosque.  No queremos hablar del día de África como una idea en una agenda, como el panafricanismo o los planes de desarrollo incumplidos. No hablaremos aquí de políticas infructuosos, de políticos corruptos o de desastres y pobrezas. Trabajar en Senegal nos ha hecho conocer parte, una ínfima parte de la magnitud de continente. Conocer sus penurias y sus maldades, conocer sus malas costumbres y sus desidias. Sin embargo y como no somos expertos de nada, solo podemos celebrar la lucha por el no-olvido de cada uno de los pequeños pueblos que conforman eso que llamamos África y que contiene un océano inacabable de realidades.  Nuestra parte de África en este momento es Senegal. Es el grupo DEGGO y el grupo KALAAMISOO. Son mujeres como Aissatou, un nombre que para el lector puede ser uno cualquiera, pero para nosotros es el nombre de una mujer que decidió romper barreras y creer en sí misma. Las mujeres son el último eslabón de la sociedad, y las mujeres con diversidad funcional todavía más. Repudiadas por la gran mayoría y sin acceso a un matrimonio que ratifique su estatus de mujer en la sociedad, terminan mendigando, con hijos no reconocidos muchas veces y sin un trabajo digno con el que poder ser independientes. Luchar contra todas esas imposiciones sociales no es tarea fácil. Sin embargo, por muy complicado que parezca, hay mujeres que deciden decir NO a las limitaciones impuestas y luchar por ellas mismas. El día de África es la sonrisa de esas mujeres, la sonrisa de Aissatou, la vitalidad en su trabajo, las ganas de superación, de aprendizaje y de colaboración. La confianza en sí misma, en sus compañeras de trabajo. La alegría frente a las adversidades. La pasión hacia la vida cuando la vida solo le ha puesto zancadillas.  Celebramos hoy el día de todas esas personas que en un continente olvidado y maltratado se levantan cada día por hacer de su entorno un mundo mejor. Mujeres como Aissa, como Elisabeth o como Talla y Gloria son el claro ejemplo de la fuerza del ser humano para superarse. Todas y cada una de ellas se merecen un día, una celebración, una oportunidad. Estar allí día a día nos ha hecho aceptar que la vida allí no es fácil, pero que las personas no son solo “pobres” sin más. Son personas, son familias, son niños, son mujeres que luchan. No solo se aprende a sufrir allí, se aprende a vivir, a respirar de otra forma, se aprende a observar y sobre todo a luchar, a no rendirse. Celebramos el día de África porque si generalizamos por un momento el continente, creemos en que en cada rincón habrá personas como las mujeres con las que trabajamos luchando día a día por su vida, por la de sus gentes. Por ellos, por su cultura, por sus gentes, por la ignorancia que hemos demostrado tantos años hacia el continente y por seguir aprendiendo de ellos, celebramos el día África.

Taller en Oussouye: más allá del turismo

La pasada semana, el grupo Kalamisoo, el grupo de artesanas con el que trabajamos en Oussouye, recibió la visita de un grupo de mujeres españolas. Junto a la asociación Ethnic, organizamos un taller en el que las mujeres españolas, de visita por el sur de Senegal, pudieron aprender al lado de las mujeres de Oussouye cómo realizar cestas de artesanía con la hoja de palma (feuille de rônier). Ethnic es una asociación que diseña propuestas turísticas basadas en los criterios de sostenibilidad y responsabilidad turística con el objetivo de reforzar las economías locales, valorar los recursos naturales y dar a conocer la realidad social del país de destino. “Queríamos hacer un viaje en el que pudiéramos estar  de verdad cerca de las personas, conocer la cultura de la mano de los senegaleses”. Así nos contaba Rosa, de Barcelona, cómo habían terminado visitando la Casamance, la región del sur de Senegal y por qué decidieron viajar con Ethnic. “La Casamance nos pareció una zona más cercana, no queríamos viajar como simples turistas y cuando nos dijeron que podríamos hacer un taller con mujeres, nos pareció el viaje perfecto, justo lo que estábamos buscando y la verdad es que nos está sorprendiendo mucho”. Las mujeres del grupo Kalamisoo hicieron de profesoras por un día, les ensesañaron todo el proceso para realizar una  pequeña cesta, desde como se prepara la palma hasta diferentes formas de acabado. Las 6 mujeres empezaron aprendiendo el trenzado en una cesta ya avanzada, para luego ellas realizar la base y seguir con la cesta, para ello se les explicó también cómo añadir una palma para continuar, añadir la palma de color  y, por último, cómo realizar el acabado de la misma. Después del trabajo, todos comieron juntos en el taller. Comer alrededor de una mesa está lejos de las costumbres de este grupo. Así que todos se reunieron en cuatro grupos entorno a los platos para degustar el maravilloso Yassa Poulet, que habían preparado las artesanas del grupo Kalaamisoo. Cristina, Rosa, Natalia, Esther, Miriam y Joana se sentaron junto a ellas, para trabajar desde el suelo, como hacen cada día, y mezclando palabras en francés y español, sonrisas, y valiéndose del idioma universal que son los gestos, consiguieron crear una pequeña cesta cada una. El grupo Kalaamisoo quedó tan agradecido por la experiencia que al final del taller decidieron tener un pequeño detalle y les regalaron a cada una de las participantes un pequeña pieza realizada por ellas mismas. Un recuerdo que llevar a casa de un día de aprendizaje, de intercambio, de cruzar fronteras y de viajar aprendiendo.

Ernestine: “Este trabajo es nuestra independencia”

Hoy es el día internacional de las personas con discapacidad y hablamos con Ernestine Diamacoune sobre el día a día de las personas con discapacidad en Oussouye (Senegal). “El día 3 de diciembre es importante para nosotras porque es el día en el que podemos volver a recordar nuestras necesidades, necesidades que tenemos día a día, pero que mucha gente olvida”, afirmaba hoy la Presidenta del grupo Kalamisoo,Ernestine Diamacoune. Kalamisoo es el grupo de mujeres con las que trabajamos en Oussouye (Senegal), quince mujeres artesanas especializadas en la cestería. Todas las mujeres del grupo Kalamisoo sufren una discapacidad física. Trabajan en el taller los meses en los que pueden desplazarse ya que, los meses de lluvia, las calles se vuelven intransitables y mucho más en silla de ruedas. “Para nosotras es complicado venir hasta aquí, salir de casa y recorrer el camino hasta el taller. No es fácil porque las calles no están asfaltadas, además la falta de movilidad y de independencia personal hace que venir aquí sea para cada una de nosotras un reto diario”, afirma Ernestine.  Sin embargo, tanto ellas como las mujeres del grupo DEGGO de Kolda, son un ejemplo de valentía y superación. A pesar de todas las trabas que encuentran, las mujeres acuden día a día al taller donde trabajan la hoja de palma (feuille de rônier en francés) con la que construyen cestas que posteriormente venden en el mercado local, centrado principalmente en el turismo. Es difícil ser mujer en África, pero ser mujer y sufrir una discapacidad física las condena al doble olvido. Hace 10 meses empezamos a colaborar con el grupo Kalamisoo, aprendimos la técnica de trenzado que ellas dominan y, a partir de ahí, nos pusimos a crear conjuntamente nuevos diseños más innovadores. Mantener una producción y venta estable es la base para garantizar un sueldo a estas mujeres, que dependen económicamente de esta venta local y muchas veces limitada. “Trabajar en el taller ha mejorado nuestra vida, quedarse en casa sin hacer nada, sin trabajar ni ganar dinero es muy duro, tanto para nosotras como para nuestras familias que no pueden avanzar. Ganarte la vida por ti misma es mucho mejor que no hacer nada, este trabajo es para nosotras la independencia que no tenemos”.                   

Una familia en Kolda

Más de mil millones de personas, o sea, un 15% de la población mundial, padece alguna forma de discapacidad. En Senegal, un 5’9% de la población sufre algún tipo de discapacidad. En Kolda, una región del sur de Senegal, un grupo de siete mujeres que tienen una discapacidad física, formaron un equipo para trabajar unidas por su calidad de vida. Con ellas nació el proyecto DEXDE y con ellas, desde hace dos años, colaboramos y convivimos. En el verano de 2013, cuando nació DEXDE, conocimos a las mujeres artesanas del grupo DEGGO, formado ese mismo año con el apoyo de diferentes organizaciones internacionales. Desde entonces, hemos recorrido un largo camino juntos; hemos convivido con este grupo día a día durante meses. De esta colaboración nació DEXDE y con ellas llevamos ya dos años trabajando, aprendiendo y mejorando. Por ello y porque toda colaboración que realizas con DEXDE se reinvierte en su bienestar y calidad de vida, os damos a conocer a este grupo mujeres de Kolda. Para poner cara a eso que llamamos cooperación al desarrollo. Kolda es una de las regiones más pobres de Senegal, con una tasa de analfabetismo de entorno a un 71%, siendo este mucho mayor entre las mujeres. Kolda, para nosotros, es un hogar. A pesar del título que le suelen poner como “la región más pobre” de Senegal, es un hervidero de vida. Es cierto que las calles no están asfaltadas, que encontrar un trabajo allí es muy complicado y la gente joven se ve obligada a huir, y en la época de lluvias la luz va y viene como los chubascos. La vida allí no es el ideal de comodidad occidental al que estamos acostumbrados y, como se puede imaginar, mucho menos para mujeres discapacitadas, cuyos medios de vida están muy limitados. De esta situación nace el grupo DEGGO, con el objetivo de reunir a las mujeres con discapacidad física que pertenecen, a su vez, a la FRAPH/K, la Federación Regional de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Kolda.  La federación reúne a distintas asociaciones cuya su labor de concienciación social y ayuda directa es muy importante. Como afirmaba la OMS en su Informe sobre la Discapacidad Mundial de 2014, las personas que sufren algún tipo de discapacidad física en África están excluidas y estigmatizadas. En Senegal, un 5’9% de la población sufre algún tipo de discapacidad, de este porcentaje un 6’2% son mujeres y un 6% se encuentran en el ámbito rural. Deggo: la familia de Kolda El grupo DEGGO está formado por siete personas. Como casi todos los senegaleses que no están casados, viven en casa de sus padres y dependen de la familia económicamente. La labor principal de este grupo es la formación técnica de mujeres con discapacidad física. A través de esta formación, se pretende mejorar sus capacidades laborales. La posterior fabricación y venta de estos productos artesanales basados en un diseño singular, una cuidada calidad de fabricación y el uso de materiales autóctonos, en este caso, la famosa y tan característica tela WAX, es su principal fuente de ingresos.  Aissatou Doumbia, de 28 años de edad, es la presidenta del grupo y a su vez presidenta de la OMMD/K, se encarga de la  gestión administrativa y organizativa, coordina las actividades, las ventas y gestiona la financiación del grupo. Aissatou lleva al frente del proyecto desde sus inicios, y gracias al éxito del mismo, fue seleccionada por un concurso nacional para recibir en Dakar un curso de gestión empresarial en Dakar durante un mes. A Aissatou le falta un brazo desde que tenía 5 años, lo perdió en un accidente de carro cuando viajaba con su abuela. Antes de formar parte de este grupo, trabajaba en la venta ambulante en el mercado de la ciudad.  Talla Kandé, es la secretaria, tiene 26 años y sufrió una amputación de una pierna cuando tenía 12 años y desde entonces lleva una prótesis que le permite caminar y hacer vida normal. Continua su formación además del trabajo diario que realiza en el taller y, gracias a su independencia laboral, ha podido costearse un curso de marketing y ventas en Kolda. Adama Diao, es la tesorera, tiene 32 años y una hija preciosa de 2, Aissatou. Adama tuvo la enfermedad de la polio que le dejó secuelas físicas, una malformación en su pierna izquierda. Para venir al taller camina durante 15 minutos con una muleta por las calles no asfaltadas de Kolda. Luego están los más jóvenes del grupo, como Souadou Diallo de 18 años, sordo muda, Aminata Siya, 22 años, que también sufre una malformación en la pierna debido a la polio. El pasado mes de enero tuvo una niña Nhima, el taller y el grupo DEGGO se hizo cargo enteramente del coste del parto ya que ella por sus propios medios no podía costearlo. El nombre de Nhima es el nombre en peul de una de las integrantes de DEXDE, Inma Bailén, y le dieron ese nombre por ella.  El único chico del grupo es el joven Aliou Badra, tiene 17 años y es sordo mudo. La historia de este joven es un poco particular, llegó hace un año al taller con la intención de quedarse un mes mientras su padre le buscaba una escuela adaptada para su deficiencia. Después de un tiempo y como su padre no pudo encontrar ningún lugar, Aliou siguió viniendo al taller, aprendiendo una profesión que de momento le permite sentirse útil, aprender y progresar.               Un proyecto con buenas bases Después de casi dos años de trabajo diario, diseño y desarrollo de nuevos productos, las mujeres han establecido una organización propia y una producción mantenida que poco a poco ha ido aumentando los ingresos y, por tanto, la calidad de trabajo y de vida de cada una de ellas. En este momento, estamos buscando más puntos de venta en el exterior, principalmente en España, para garantizar el mantenimiento de una demanda continua y no dependiente del turismo y del mercado local, que muchas veces varia en función de factores externos como el clima y la afluencia turística.  Por su …

Ekonkon: la danza tradicional del Reino de Oussouye

La danza conocida en el sur de Senegal como “Ekonkon” es una expresión cultural de la tribu Djoola Kassa. Los bailes, la música, los tambores y las danzas tradicionales son una parte muy importante de la cultura en el oeste africano. La tradición cuenta que después de la recolección de la cosecha, el rey llama a los diferentes poblados a reunirse y dar gracias a los ancestros por el regalo divino. Este momento especial de celebración se acompaña normalmente del conocido baile “Ekonkon”, donde los chicos y chicas jóvenes de los poblados realizan esta conocida danza de los guerreros. Durante el baile y para diferenciar a aquellos que ya pueden luchar de los que no, llevan cinturones de diferentes colores. Los cinturones de color blanco indican que los portadores están todavía activos en la lucha, los de color negro, sin embargo, se reservan para aquellos cuya época de lucha ha terminado. Las mujeres que no participan en la danza rocían la espalda de los guerreros, unas veces con polvo blanco, otras con perfume y otras con un preparado de arroz con agua. Es una forma de agasajarles y bendecirles. En Oussouye, asistimos la pasada semana al “baile de los guerreros”. Estos “guerreros” eran los jóvenes de la etnia local, los Djoola, preparados para el “combate” tradicional, un baile que forma parte de la celebración del HUMABEUL, la famosa fiesta del reinado de Kassa que se celebra precisamente en la ciudad de Oussouye. La percusión durante el baile se realiza con instrumentos tradicionales como el “bombolong” o el “tam tam”. Los guerreros acompañan los ritmos con unos cuernos y con instrumentos caseros que se colocan entre las piernas. La indumentaria también la realizan ellos mismos con lo que tienen en casa, cada cual siguiendo sus propias tradiciones pero manteniendo todos un mismo esquema. La tradición ha ido pasando de generación en generación y los más jóvenes nos contaban que son los mayores de cada familia los que les enseñan los bailes y cánticos tradicionales. Para ellos, es un honor formar parte de esta comitiva. Muchas veces, dicen, es más un proceso mental que físico. Para nosotros fue toda una experiencia, física, mental y visual.           

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